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3/02/2015

FLUYE

Nos suele costar no aferrarnos a cosas, ya que el ser humano se siente más seguro ante lo conocido y ante la pérdida de algo a lo que estábamos acostumbrados, aparece el temor, las dudas, las culpas, la incertidumbre. Dejar ir significa aceptar cada situación como es. Significa no forzar las cosas y dejar que todo fluya naturalmente.

LA TRAMPA DE LAS PREGUNTAS

Habitualmente dejar ir no se convierte en tarea fácil. La mayoría cuando percibe que algo que le importa se escapa entre sus manos, no aceptan y buscan respuestas.

¿Por qué ya no quieres que hablemos como antes?; ¿por qué has dejado de quererme?, ¿por qué? ¿Por qué? Y más ¿Por qué? etc.… necesitamos explicaciones, argumentos, solemos presionar para obtener lo que deseamos y todo ello se produce por la falta de aceptación, conocimiento y enfoque de lo que en verdad vinimos hacer.


NO PERMITAS QUE TU VALOR DEPENDA DE LOS DEMÁS.

Normalmente las personas que nos valoran y quieren seguirán a nuestro lado sin tener que hacer esfuerzo, porque pondrán de su parte para mantenernos a su lado siendo nosotros mismos y no como ellas desean que seamos.

Por lo tanto, la creencia de que para tener a alguien hay que sacrificarse las 24hs. Del día o satisfacer a todos es errónea, porque el sacrificio sin correspondencia, sin identidad y sin propósito, trae frustración y estancamiento.

Notarás que algo vale la pena cuando de forma natural todo fluye y sea un dar y recibir recíproco.


DEJAR IR TAMBIÉN LAS IDEAS

Dejar ir no sólo es aplicable a situaciones y personas, también a menudo tenemos ciertas ideas que deberíamos dejar que se esfumaran para aumentar la felicidad. Muchas veces en vez de dejar que todo fluya nos empeñamos en que las cosas sucedan a nuestra manera.

Planes de fin de semana que no se concretan, creer que sin pareja no se puede ser feliz, trasladarnos al pasado para lamentarnos, creer que no somos válidos, evitar hacer cosas por miedos, etc.… Toda idea que provoca un sentimiento negativo, deberíamos dejar que se esfumara de nuestra mente.

Si no tuviéramos pensamiento, probablemente disfrutaríamos más de la vida porque nos dedicaríamos a vivir el momento como está, sin intentar modificarlo, aceptando todo tal y como es, solo estaríamos centrados en pasarla bien en ese momento, nos adaptaríamos a lo que hay y no trataríamos de adaptar la realidad a nosotros.

Los pensamientos nos diferencia de los animales, el poder de: REFLEXIONAR, ANALIZAR, EVALUAR,


PLANIFICAR, CREAR Y ENSANCHAR NUESTRA MENTE HASTA LOS LIMITES DE LO IMPOSIBLE Y allí comienza EL PRINCIPIO DE LA FE, que nos LLEVA HACER LO POSIBLE, MAS ALLÁ DE NUESTRAS FUERZAS Y LIMITES.

Dios no es Dios de POSIBLES, porque para ellos nos capacito con su semejanza; el aparece en escena y abre el telón, frente a los IMPOSIBLES.

 

“Cuando regrese a la tierra ¿hallaré Fe?” Jesús.

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